CESTAS DE BRIK RELLENAS

La pasta filo es una masa o pasta blanda, fina y transparente como una hoja de papel, elaborada con harina común, aceite, sal y agua. Es de origen griego y se utiliza en especial en la cocina griega y árabe, para repostería y rellena de preparaciones saladas. Puede comprarse o elaborarse de forma casera y se preserva hasta un año congelada.
Existe otra pasta muy parecida a la filo pero de origen magrebí y que es más utilizada en nuestras cocinas, es la pasta brik. Una especie de crepe, una oblea muy hojaldrada, igual que la Malsouka de Tunez, que se ha extendido con gran rapidez entre nuestros cocineros. De textura crujiente, una vez rellena y bien frita u horneada, ha logrado encandilar a los paladares más selectos.
Es muy representativa y popular la Malsouka al huevo, un plato típico de la cocina tunecina que se rellena con huevo crudo, picadillo de finas hierbas, alcaparras, atún, cebolla picada y rehogada. Más tarde la pasta se dobla por la mitad y se fríe. 
Pero el arraigo de este suculento bocado radica precisamente en la finura de esta pasta, equivalente de la pastilla marroquí, que requiere de unas manos diestras y un ánimo templado y laborioso. La técnica por la que se obtiene la misma, a partir de hacer hervir la sémola en agua, es muy delicada y compleja. 
Por eso de facilitar las tareas, se encuentran en el comercio hojas de brik fabricadas industrialmente que suplen sin complejo alguno a esta dúctil pasta.

INGREDIENTES:
Pasta brik
Queso de cabra
Cebollas
Beicon
Azúcar
Aceite
Sal
Mantequilla
La parte verde de un puerro


Cortamos las cebollas en tiras finas, Ponemos un poco de aceite en una sartén y ponemos las cebollas a pochar con una pizca de sal, cuando estén un poco blandas le añadimos el azúcar y dejamos hasta que se caramelicen.



Con la parte vede del puerro lo cortamos en tiras y hervimos en agua durante un par de minutos, enfriamos y reservamos.
Cortamos la mitad de una hoja de la pasta brik y ponemos encima una cucharada de cebolla caramelizada unas tiritas de beicon y un trozo de queso de cabra.


Cerramos la bolsa y la atamos con una tirita verde del puerro.


Pintamos con la mantequilla derretida y metemos al horno a 210º, hasta que veamos que se doran.




Si tienes alguna duda sobre esta receta, escribeme a juanmon63@gmail.com y la resolveremos entre los dos

PATATAS RELLENAS

La papa, o patata, fue cultivada por primera vez entre los años 8000 y 5000 a. C. en una región que comprendería lo que hoy es el sur de Perú y el extremo noroeste de Bolivia.
Según las crónicas de la conquista española de Suramérica, la patata viajó en 1554 desde el antiguo Perú a España. Presentada como curiosidad culinaria, en 1573 se plantó en el Hospital de Sevilla para proporcionar comida a los enfermos. Conocida originariamente por el nombre de papa, los españoles empezaron a denominarla patata para no ofender a los Papas católicos.
Las patatas son un alimento muy común en la dieta de la mayoría de la población europea. Sin embargo, a veces pasamos por alto los aportes nutricionales de este alimento tan básico. Para empezar, existen diferencias nutricionales considerables entre los distintos platos de patatas, dependiendo de cómo se cocinen.
Las patatas se empezaron a importar de Sudamérica, en el siglo XVI y tardaron otros 150 años en convertirse en uno de los alimentos básicos de Europa. Actualmente, donde más se consumen es en Europa Central y del Este, aunque están presentes en la dieta de todo el continente.
Las patatas son una buena fuente de fibra, contribuyen a la sensación de saciedad y facilitan la función digestiva. Una ración de 180 g de patatas cocidas proporciona 3 gramos de fibra, lo que representa más del 10% del consumo diario recomendado, estimado en 25 gramos.
Las patatas son una fuente de vitamina C. Una ración media de patatas cocidas (180 g) contiene unos 10 mg, aproximadamente una octava parte de las necesidades de una persona adulta.
Las patatas son una buena fuente de potasio, además de contener pequeñas cantidades de magnesio y hierro.
Las patatas también contienen varias vitaminas del grupo B

INGREDIENTES:

4 Patatas
100 gr. de beicon
200 gra de pechugas de pollo
1 puerro
1 cebolla
1 lata pequeña de champiñones laminados
1 vaso de leche evaporada o nata
1 cucharada de orégano
Queso rallado
Sal
Aceite
Pimienta



En una cacerola con agua y un poco de sal la ponemos al fuego. Cuando empieza a a hervir añadimos las patatas, y las dejamos cocer durante unos 35 minutos. ( al agua le podemos añadir unas gotas de vinagre con idea de que la patata no se rompa mientras hierve).



Mientras en una sartén al fuego le ponemos un poco de aceite y le añadimos el puerro y la cebolla cortados en trozos pequeños.



Cuando la cebolla y el puerro estén pochados le añadimos los champiñones laminados


Pasados unos 5 minutos al fuego le añadimos el beicon cortado en tiritas.


Refreímos el beicon y cuando empiece a dorarse le añadimos el pollo cortado en trozos pequeños. Salpimentamos y dejamos a fuego durante unos 10 minutos.


Cuando las patatas están cocidas, las cortamos por el centro u con una cuchara o sacabolas, las vaciamos. Aplastamos lo que hemos sacado de las patatas con un tenedor.

Añadimos a la sartén las patatas aplastadas y le añadimos el orégano. Le damos unas vueltas para mezclar todos los ingredientes.


Seguidamente añadimos a la sartén la leche evaporada o nata, y mezclamos durante un par de minutos.


Rellenamos las patatas que teníamos vacías y le ponemos por encima el queso rallado.




Las metemos al horno previamente precalentado a 180º durante 30 minutos.



Si tienes alguna duda sobre esta receta, escribeme a juanmon63@gmail.com y la resolveremos entre los dos