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TARTA DE CALABACIN Y ROQUEFORT


               El calabacín, al igual que la calabaza, posee un origen incierto hasta el momento ya que no se puede precisar si los primeros ejemplos de esta planta se dieron en Asia Meridional o América Central. Si se puede precisar que desde tiempo inmemorial el cultivo del calabacín se ha extendido por zonas templadas del planeta como por ejemplo Egipto, Grecia o Italia. Pero serían los árabes quienes desarrollarían la producción de esta verdura por las regiones más occidentales del Mar Mediterráneo, resultando un alimento muy socorrido para las clases medias y bajas durante la Edad Media.
            En la actualidad los principales productores mundiales son Holanda, América del Norte, Marruecos, Italia y España.
              El calabacín, también conocido como calabacita, zapallito o zapallo italiano, es una planta que pertenece a la familia de las cucurbitáceas. El nombre científico del calabacín es Cucúrbita pepo.
            Contiene vitaminas C, B y A, además de minerales como el magnesio, sodio, yodo, hierro, calcio y potasio. Estas sustancias generan ciertos beneficios para el ser humano como por ejemplo ayudan en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis del material genético o en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. Además poseen acción antioxidante, regula los niveles de agua en la célula, así como mejora el funcionamiento intestinal y digestivo.


INGREDIENTES

1 lamina de hojaldre, o una lamina de pasta quebrada
125 gr. de roquefort
200 cc. de nata para cocinar
2 huevos
2 calabacines
1 cebolla
Sal
Pimienta
Aceite

         En un molde ponemos la pasta quebrada o hojaldre (la pinchamos por toda la superficie), encima le ponemos un papel vegetal y unos garbanzos para que la masa en el horno no suba demasiado. Introducimos al horno a 180º durante unos 15 minutos. Sacamos del horno y reservamos.


         En una sartén ponemos aceite de oliva junto con la cebolla cortada en rodajas finas y la pochamos hasta que tome algo de color.


         Mientras vamos haciendo la cebolla preparamos los calabacines.
         Una vez que los hemos pelado, las cortamos en rodajas de 1/2 cm. de grosor aproximadamente y después por la mitad. 
         Los añadimos a la sartén junto a la cebolla y dejamos a fuego lento hasta que los calabacines se deshagan.


         En un recipiente de batidora mezclamos la nata con los dos huevos, la pimienta y la sal. Batimos  y reservamos.

         En la masa horneada, ponemos los calabacines con la cebolla que teníamos reservado.
         Seguidamente añadimos la mezcla de la nata líquida y los huevos por encima.  Y por último terminamos distribuyendo nuestro queso roquefort cortado en trozos por toda la superficie.
         Lo introducimos en el horno, precalentado a 200º, y lo horneamos durante unos 30 minutos aproximadamente o hasta que el queso adquiera un bonito color dorado.



4 comentarios:

  1. parece mentira lo rica que debe de quedar con lo facilita que parece, verdad? me la apunto!
    aaa, por fi, quita la verificación de palabras en los comentarios, gracias!

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  2. hum!!! con lo que me gusta el queso azul me lo apunto saluditos!!!

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  3. Hola,me gusta esta receta,todo lo que lleve hojaldre me encanta! y calabacines,voy a seguir curioseando por aquí,te invito si te apetece a visitar mi humilde blog de cocina
    www.cocinaconreina.blogspot.com

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